La parte arquitectónica del éxito de las escuelas finlandesas
Por: Anatxu
Zabalbeascoa | 28 de enero de 2015
Escuela
Strömberg en Helsinki de Kari Järvienen
y Merja Nieminen. FOTO: Arno de la Chapelle
Acceso
universal, gratuito e igualitario, escolarización de alto nivel, inclusión…
¿adivinen de qué sistema educativo estamos hablando? Desde hace una década, los
finlandeses obtienen los mejores resultados en las pruebas internacionales PISA
que realizan todos los estudiantes europeos. ¿Hasta qué punto influye la
arquitectura de las escuelas en las que reciben esa educación?
La delegación navarra del COAVN organizó, junto
al Museum of Finish Architecture, una muestra en el Museo Oteiza de Alzuza
–derivada de The Best School in the World expuesta en la Bienal de
Venecia en 2010- en la que trataba de analizar la relación entre buena
arquitectura y educación. Estas son las correspondencias que hallaron entre
buenos estudiantes y escenarios polivalentes, entre fomento de las relaciones
entre alumnos y edificios flexibles y entre importancia simbólica de la escuela
y uso social de los colegios durante el fin de semana.
La arquitecta
Kaisa Nuikkinen, responsable del departamento de educación de Helsinki, recuerda,
en el catálogo de la muestra, que las escuelas jugaron un papel crucial en la
transformación de la economía finlandesa de agraria a industrial. Sucedió a
partir de 1970, cuando el sistema educativo impuso nueve años de
escolarización. Esa educación pensada para todos y con el mismo nivel en todos
los centros necesitaba nuevos escenarios que dejaran atrás el “sistema medieval
del scriptorioum” y utilizaran el potencial de la arquitectura para indicar,
enseñar y experimentar. “La clave de la arquitectura más humana es que sirve a
la gente corriente durante los días de diario”, insiste Nuikkinen. Fue la
respuesta de los usuarios, más que los atributos de las instalaciones lo que
esta arquitecta analizó en su tesis doctoral. La conclusión fue que los mejores
espacios educativos son los que han sido diseñados para todos, no solo para el
ideal físico o psíquico de alumno, los que establecen una relación con el lugar
y con el mundo exterior en vez de aislar, los que son flexibles y se pueden
reinventar (los estudiantes más imaginativos lo hacen para jugar y trabajar).
Todo eso convierte la arquitectura en una lección. ¿Cuál es la traducción
arquitectónica de un lugar del que aprender?
Someramente:
1-Aprovechar
lo que hay fuera: luz, paisaje, vida urbana. No aislar, integrar.
2-Un lugar
seguro: física y psicológicamente cómodo, acogedor, abierto, integrador. Un
gran vestíbulo de entrada polivalente cumple en muchas escuelas finlandesas
esta función.
3-Combinar
orgullo, mantenimiento y flexibilidad: En muchos pueblos, la escuela es el
edificio más visible. Es a la vez un símbolo y un lugar longevo que debe durar
y, sin embargo, cambiar para adaptarse a las nuevas generaciones.
4-Prueba y
error: Hoy en día las escuelas finlandesas son el resultado de haber
corregido muchos errores del pasado como el aislamiento de los estudiantes o la
falta de rincones para juegos tranquilos o ratos de conversación privada.
Escuela
Sakarinmakide en Helsinki de FLN Architects (Sari Nieminen, Esa Laaksonen y
Kimmo Friman).
Escuela
Kirkkojarvi en Espoo de Verstas Architects
(Väino Nikkilä, Jussi Palva, Riina Palva e Ilkka Salminen). FOTO: Tuomas
Uusheimo